Un movimiento intenta contrarrestar las campañas de grupos conservadores
DAVID ALANDETE – Washington
El País
Durante décadas, en la batalla que se ha librado entre fuerzas conservadoras y activistas por los derechos de los homosexuales, ha habido un polémico asunto que ha centrado una cantidad ingente de debates y disertaciones. ¿Afecta a un niño que le críe una pareja homosexual? Debido a que hasta finales de los años ochenta no se afianzó un movimiento de visibilidad gay, no había forma empírica de averiguarlo. Ahora, los hijos de padres y madres homosexuales han comenzado a hablar. En Estados Unidos han creado todo un movimiento de defensa de sus padres. Aseguran que nada les distingue de sus compañeros de clase y amigos. Y piden plenos derechos para sus progenitores.
Zach Wahls, de 19 años, es uno de ellos. El Tribunal Supremo de su Estado, Iowa, aprobó el matrimonio gay en 2009. Sus dos madres se casaron. En febrero, los republicanos llevaron al parlamento estatal una norma que haría legales solo las uniones heterosexuales. Zach acudió al turno de alegatos públicos. «En mis 19 años de vida jamás me he encontrado con una persona que haya sido capaz de imaginarse por sí misma que a mí me crió una pareja homosexual. ¿Por qué? Porque la orientación sexual de los padres no tiene ningún efecto en el carácter de una persona», dijo. «Si yo fuera su hijo, creo que le daría motivos de sobra para estar orgulloso de mí. Seguro que no soy tan diferente a como son sus hijos». El vídeo de su discurso ya ha tenido 1,6 millones de visitas en YouTube.»Es irónico que quieran quitarle derechos a otros ciudadanos sin saber de qué hablan, sin conocer a las personas a las que atacan», explica ahora Wahls. «Este tipo de visibilidad es muy importante, porque les mostramos que somos gente como ellos, como sus amigos y vecinos, que no hacemos daño a nadie».
Zach es un joven brillante. Estudia ingeniería. Tiene ya su propio negocio. Cuida de una de sus madres, que en 2000 fue diagnosticada de esclerosis múltiple. «Los detractores de las uniones gais usan siempre todos estos argumentos de lo mucho que va a afectar la homosexualidad a los hijos, qué males van a sufrir. Nosotros somos la prueba de que no es así«, afirma. Cierto es que las organizaciones conservadoras usan la falta de estudios sobre los efectos del matrimonio gay en los hijos para trazar un panorama aterrador. El poderoso lobby de Washington Family Research Council publicó recientemente un informe en el que decía que «los niños criados en familias con un padre y una madre son más felices, sanos y más exitosos que los niños que han sido criados en entornos no tradicionales». Acusaba también a las parejas homosexuales de ser crónicamente promiscuas. El estudio citaba una encuesta de 1984 en la que, de 156 parejas gais, solo siete eran totalmente fieles.
El panorama que retratan es desolador: las relaciones homosexuales son violentas, las lesbianas abusan del alcohol, la esperanza de vida entre gais es menor a la de los heterosexuales. Todo esto, aseguran, puede dañar a los hijos que críen, provocándoles serios problemas de ajuste en la sociedad. «Hay un mayor número de pruebas de que los niños criados en hogares con padres homosexuales tienen más probabilidad de experimentar sexualmente y cometer actos homosexuales», añade el documento.
Es probable que, si se le recitara esta lista de males a Chelsea Montgomery-Duban, esta se riera. Chelsea es una alegre joven de 17 años que adora a sus dos padres, que han estado juntos 29 años. «¿Me hablan a mí de compromiso?», pregunta. «¡Mis padres han estado juntos muchos más años que los de la mayoría de mis amigos! ¡Con lo altos que están actualmente los índices de divorcio en parejas heterosexuales! Y sí, yo me considero igual que ellos, no hay nada que nos diferencie, a excepción de que yo me considero más tolerante que alguna gente de mi edad, acepto más la diferencia«, cuenta. Tal es la naturalidad con la que Chelsea habla de estas cosas, que en octubre el mayor lobby gay de EE UU, Human Rights Campaign, la eligió para compartir escenario con estrellas como Ricky Martin, Bette Midler o Pink para pedir más derechos para los gais.