Mi nombre es María Jesús Méndez, soy periodista, activista LGTB, fundadora y directora de las revistas MíraLES y Oveja Rosa.
Desde hace dos años soy mamá de Lucas, el mejor compañero de vida que la vida podía darme. Lucas y yo conformamos una familia monoparental. Me embaracé a los 36 años a través de una inseminación artificial. Ser madre soltera no me ha resultado difícil ni abrumador. Es cierto que criar a un hijo sin pareja tiene ciertas desventajas relacionadas con el tiempo y la responsabilidad, no obstante creo que los aspectos positivos han inclinado la balanza.
Cuento en mi vida con maravillosas amigas, de esas que más que amigas son familia. Tías a las que mi hijo adora y que invierten mucho tiempo en él, en juegos, cuidados y mimos, lo que me permite disponer de tiempo y espacio para mi.
Cada vez más mujeres lesbianas decidimos ser madres sin pareja. Las familias monoparentales hemos crecido considerablemente los últimos años. Ya somos 2 millones de hogares en España, y en el 80% de los casos estas familias están encabezadas por una mamá, en el 20 por un papá.
¿Cuántas de estas madres son lesbianas? No hay estudios al respecto, lo que sí sabemos es que las lesbianas y bisexuales estamos invisibilizadas en nuestro rol de madres solteras. Cuando un niño llega a algún lugar de la mano de sus dos madres, no hay lugar a dudas, pero cuando un niño llega a un lugar de la mano de la única progenitora que tiene, su madre, directamente se presupone que esa madre es heterosexual.
Por otro lado hay un trabajo importante sobre la diversidad familiar que aún está en pañales. Aún sigo corrigiendo a muchas personas que aún sabiendo que soy madre soltera preguntan por «el padre». No, no hay padre, hay donante.
Las madres lesbianas solteras tenemos que hacer un gran trabajo de visibilidad. Trabajar por la integración y la diversidad de nuestras familias es tan importante como hacerlo por la de las familias homoparentales.
María Jesús Méndez
Periodista. Directora MíraLES y Oveja Rosa