Granada. 14 de mayo de 2024. Un grupo de chicas rodean a otra menor.
Se escucha un grito:
—Eres un maricón de mierda, tienes picha, eres un travelo, te voy a matar.
Tiene 13 años. Solo 13 años y, mientras la otra niña la insulta, va recibiendo tirones de pelo, patadas y golpes que le hacen perder el conocimiento. El grupo de amigas de la agresora ríe todo el tiempo y graba la agresión, como se estila desde hace unos años.
Menores agrediendo a menores, a una niña trans.
No es la primera vez. El bullying por parte de las mismas chicas llevaba tiempo produciéndose en el centro donde estudiaba y del que acabó marchándose. Porque en este país se marchan las personas agredidas, no quienes agreden.
¿Caso único? No.
Noticias similares encontramos en la prensa todos los meses.
Se trata de una corriente de odio que afecta a toda Europa, como confirma la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA).
La FRA ha presentado su última encuesta (2023), basada en las respuestas de más de 100.000 personas LGBTIQ en toda Europa, con conclusiones agridulces.
Porque, si bien cada día los jóvenes se abren más y va disminuyendo la discriminación, la violencia, el acoso y, sobre todo, el bullying está en franco aumento.
De forma resumida, las conclusiones de la investigación las podemos dividir en dos grupos:
A) Favorables (o casi)
- Apertura: Más del 50% de las personas LGBTIQ hablan hoy abiertamente sobre su orientación sexual, identidad y expresión de género. Pero… la mayoría todavía evita tomar de la mano a sus parejas del mismo sexo en público por miedo a ser atacados.
- Discriminación: una de cada 3 personas LGBTIQ sufre discriminación en su vida diaria por su identidad. Vamos mejorando, porque en 2019 la discriminación afectaba dos de cada cinco, pero sigue siendo un porcentaje muy elevado.
- Educación: Las escuelas abordan cuestiones LGBTIQ con más frecuencia que antes. Uno de cada cinco estudiantes LGBTIQ dice que su escuela ha abordado el tema de manera positiva. Un avance, sí, pero es sólo un 20%.
B) Desfavorables (sin casi)
- Violencia: 14% de las personas LGBTIQ fue víctima de violencia en los cinco años anteriores a la encuesta. Son más que en 2019, cuando el porcentaje fue del 11%. Además, una de cada tres personas intersexuales fue agredida.
- Acoso: Más del 55% de las personas LGBTIQ ha sufrido acoso en 20223 frente al 33% en 2019. Aún más, el 66% de las personas intersexuales y transgénero han sido acosadas.
- Bullying: más del 66% dicen haber sido víctimas de acoso escolar y sucede en todos los países de la Unión Europea. Se trata del mayor aumento desde 2019, cuando el bullying lo sufrían el 50%.
- Salud mental: más del 30% ha considerado el suicidio. Más del 50% de las personas trans, no binarias y con variantes de género tienen pensamientos suicidas.
- Prácticas de “conversión”: El 25% de las personas encuestadas afirma haber sido obligada a someterse a prácticas de “conversión” para cambiar su orientación sexual o identidad y expresión de género.
- Gobiernos: Sólo uno de cada cuatro, el 25%, cree que su gobierno está luchando contra los prejuicios y la intolerancia contra las personas LGBTIQ. En 2019 el porcentaje era de una de cada tres. Como los cangrejos, hacia atrás.
Esta tercera encuesta LGBTIQ de la FRA -las anteriores fueron en 2012 y 2019- confirma lo que vemos cada día: que las personas LGTBI+ continuamos sufriendo violencia y discriminación motivadas por ser quienes somos y amar a quien amamos, por el odio. Un odio especialmente intenso contra las personas trans e intersex, como demuestra la reciente agresión en Granada.
La violencia, el acoso, la rabia son nutridos por los discursos de odio. Pero para que se produzcan hace falta algo más que una víctima y un agresor. Hace falta la complicidad del medio. De quienes miran y lo permiten y callan.
Sí las compañeras de la chica de Granada hubiesen dicho NO, los golpes no habrían llegado. Sí en el patio del instituto, en el centro de trabajo o en la calle los espectadores dicen NO, el agresor estará solo y su fuerza se le escapará como arena entre los dedos.
La tolerancia cero hacia todo discurso de odio debe ser una meta irrenunciable de nuestra legislación, qué duda cabe, aunque, en paralelo, hay que explicar a la sociedad que la neutralidad en la LGTBIfobia no existe. O estás con la víctima o eres agresor. Da igual que sea de modo explícito o implícito. Por activa o por pasiva, por que se ría la gracia o se mire para otro lado. Si no dices ¡Basta!, también estás golpeando. También te manchas las manos.
El odio hiere. El silencio también.
Piénsalo. ¿De qué lado estás?
El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad, por eso, tal fecha, ha sido declarada Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia.
Se trata de una jornada que busca concienciar sobre la discriminación y abusos que todavía sufren en nuestra sociedad personas homosexuales, transexuales y bisexuales.Pero no basta con concienciar. Hay que derrotar al odio.