Este texto ha sido creado para la web Mi matrona online. Un espacio que trata la maternidad y el parto desde un punto de vista profesional, donde puedes tener acceso a información relativa al embarazo, parto y bebé, tanto con consultas personalizadas con matronas colegiadas como acceso a su tienda online.
Dime la verdad. Cuando piensas en el embarazo y el parto piensas en una mujer cisheterosexual. ¿Qué qué significa esta palabreja? Pues sería una persona en la que su sexo asignado al nacer y su identidad de género concuerdan (se llama ser una persona cisexual o cis) y que, además, es heterosexual (que le gusta el sexo contrario al suyo). Más fácil: un bebé que al nacer dijeron que era una niña porque tenía entre las piernas una vulva y cuando creció se identificó como mujer, con su útero, sus ovarios y sus cositas. ¿He acertado?
Si es así, y no ves más posibilidades, quizá es hora de que en la maternidad y su proceso se hable con perspectiva de género. ¿Qué tampoco sabes qué es esto? No te preocupes. Ahí te dejo un enlace super interesante que te recomiendo te leas, aunque voy a hacerte un pequeño resumen.
[La perspectiva de género es una categoría analítica que acoge a todas aquellas metodologías y mecanismos destinados al estudio de las construcciones culturales y sociales propias para las mujeres y los hombres, lo que identifica lo femenino y lo masculino.
Esta perspectiva busca examinar el impacto del género en las oportunidades de las personas, sus roles sociales y las interacciones que llevan a cabo con otros. La perspectiva de género pretende desnaturalizar, desde el punto de vista teórico y desde las intervenciones sociales, el carácter jerárquico atribuido a la relación entre los géneros y mostrar que los modelos de varón o de mujer, así como la idea de heterosexualidad obligatoria son construcciones sociales que establecen formas de interrelación y especifican lo que cada persona debe y puede hacer, de acuerdo al lugar que la sociedad atribuye a su género.
Así, en síntesis, el género es una construcción social y no un término destinado a explicar la separación de roles natural e inherente a la condición biológica de los sujetos —características anatómico-fisiológicas—, por lo que la analogía o sinonimia semántica entre los términos «género» y «sexo» sería errónea.]- Wikipedia.
O sea que, para empezar, deberíamos tener claro que identidad de género, sexo, orientación y expresión de género son cosas totalmente distintas; y que además, algunas de ellas vienen determinadas por la sociedad en la que vivamos, otras son meramente una estructuración científica y otras absolutamente personales.
- Identidad de género: es cómo yo me siento o, mejor dicho, quién me siento.
- Sexo: es la determinación biológica dada en el momento del nacimiento, en la mayoría del mundo dividida únicamente entre hombre o mujer y basada solo en los genitales del bebé. Aquí tenemos la particularidad de las personas intersexuales*, biológicamente una condición intersexual, en la que los órganos reproductivos/genitales, sistema hormonal y cariotipo no coinciden con lo típicamente esperable de una mujer o un hombre. (vía Grapsia)
- Orientación sexual: por quién siento atracción física, romántica o emocional.
- Expresión de género: es cómo expreso yo la persona que soy. Mi forma de vestir o de comportarme, y es independiente de mi sexo asignado al nacer.
Así pues, podemos tener a una persona que al nacer se le asignó el sexo femenino, pero que se identifica como hombre (y sigue teniendo, a priori, útero), que puede ser gay, bisexual, asexual o cualquier otra orientación y que su expresión de género puede ser la socialmente aceptada para los hombres, puede ser que prefiera la estética asignada al sexo femenino, o quizá una mezcla ya que debemos entender que la ropa es ropa, los colores solo colores y que la moda cambia según las épocas y las sociedades. Con lo que déjate llevar. Bien, pues esta persona podría quedarse embarazada porque, aunque se identifique como un hombre tiene útero y ovarios, y estaríamos hablando entonces de un hombre embarazado. Sé que el cerebro te acaba de crujir y que vas a tardar un rato en seguir leyendo. No pasa nada. Tómate tu tiempo.
Espero que estés de vuelta con ganas de continuar desmontando el chiringuito.
Entonces, estábamos hablando sobre identidades TRANS. Personas que, identificándose como hombres, han decidido preservar su fertilidad y gestar a sus propios bebés.
- Si este hombre trans es gay, tendrá una pareja hombre (también trans o cis) y ambos serán los papás (o sea, papá y papá).
- Si este hombre trans es heterosexual o bisexual su pareja será una mujer (trans o cis) y serán papá (el que da a luz) y mamá (quien no da a luz).
En ambos casos, y siempre que él quiera, podrá dar el pecho o cederle o compartir la lactancia con su pareja (mujer cis u hombre trans), con lo que sería una lactancia inducida.
Tenemos que tener en cuenta que algunas personas trans deciden adecuar su cuerpo a lo que sienten que debería ser y otras personas que no. Ser una persona trans no requiere necesariamente de un tratamiento hormonal ni de una reasignación de sexo. Hay quienes están conformes con su cuerpo o, quienes estando en tratamiento hormonal, deciden parar su transición física durante un tiempo para gestar a sus bebés. La adecuación del cuerpo es algo que debería ser estrictamente personal y no un requisito médico, legal ni social.
Por otro lado, tenemos a las mujeres cis lesbianas o bisexuales: personas que fueron asignadas al nacer como mujeres y así se identifican y que se sienten atraídas por otras mujeres. Venga, ánimo que lo difícil ya ha pasado.
Existe una costumbre muy fea, y es presuponer que todo el mundo es hetero. Y no es así. Existe una amplia y maravillosa gama de sexualidades, tantas como millones de personas existen en este planeta. A eso se le llama diversidad sexual, y es fantástica. En la naturaleza coexistimos, según estudios científicos, más de 1.500 especies animales que copulan con seres de su mismo sexo por placer y para fortalecer vínculos sociales. Esto quiere decir que la homosexualidad forma parte de la naturaleza y que no es algo problemático ni una construcción humana reciente en términos culturales y evolutivos.
Bien, pues cuando conozcamos a una mujer embarazada no presupongamos que tiene un novio/marido porque puede que tenga una novia/mujer y sean dos mamás, ambas por igual, con independencia del método que hayan utilizado para acceder a la maternidad (Inseminación artificial, Fecundación in Vitro, ICSI, ROPA*). Y, llámame loca, también existe la posibilidad de que esa mujer, hetero, lesbiana o bisexual, sea soltera y haya decidido tener a su bebé ella solita sin la ayuda de nadie y, por lo tanto, no habrá papá ni otra mamá ni nadie. Ella sola se basta y no os tiene que dar pena porque es una decisión personal, seguramente muy pensada.
Con lo que hoy, y para resumir, hemos aprendido que hay hombres que se embarazan y dan a luz, y no son las mamás y hay que hablarles en masculino o, al menos, preguntarles cómo quieren que se les identifique; que detrás de una mamá (o al lado) puede haber otra mamá o nadie (no siempre hay un papá) y que no todo el mundo es heterosexual ni está conforme con su sexo asignado al nacer. Así que, seamos personas respetuosas y dejemos que cada cual viva su vida como pueda y quiera.
Espero que te haya gustado el artículo, que te haya abierto un poco la mente y aportado información que desconocías. Si es así, puedes dejarnos un comentario con tu opinión al respecto, siempre respetuosa obviamente, o con algún tema del que quieras que hable desde el punto de vista LGTBI.
Marta Márquez
Presidenta de Galehi